sábado, 28 de abril de 2012

En el interior de una estrella antigua (II)

(Para ver la primera parte de este artículo y así entenderlo mejor, haz clic aquí.)

Gigantes rojas. Es en lo que se convierte una estrella como el Sol con el paso del tiempo: su núcleo se contrae, volviéndose caliente y denso, y su atmósfera exterior se expande, enfriándose y tornándose tenue. Para comprender lo que le pasa a la rotación de la estrella en estas circunstancias, nos podemos imaginar a un patinador sobre hielo girando sobre sí mismo. Si quiere frenar, extiende los brazos; pero si quiere ir más rápido, los pega al cuerpo para que no le estorben. De modo similar, las capas exteriores de la gigante roja pierden velocidad, mientras que el núcleo se acelera.

Red giant and Sun
Representación esquemática hecha por M. Alesmo.
El telescopio espacial Kepler, una de las misiones espaciales actuales de la NASA con más éxito, ha hecho posible este descubrimiento. Fue diseñado para buscar planetas del tamaño de la Tierra en la zona habitable de estrellas lejanas. Kepler puede detectar variaciones en el brillo de una estrella de sólo unas partes por millón, por lo que es ideal para detectar las pequeñas ondas mencionadas en la primera parte de este artículo. El efecto de la rotación sobre estas ondas es tan pequeño que su descubrimiento necesitó dos años de recogida de datos casi continua por parte del satélite Kepler.

Gracias a Paul Beck (de la Universidad Católica de Lovaina), podemos ver un vídeo en el siguiente enlace: http://youtu.be/ZYF3SoCtI0w, donde aparece una representación de la rotación en el interior de una estrella gigante roja. Al principio, se ve la comparación en tamaño del Sol con una de estas estrellas. Después, podemos apreciar cómo el núcleo caliente de la gigante roja gira unas diez veces más rápido que la superficie.
_____
Fuente:
http://fys.kuleuven.be/ster/Outreach/press-releases/spinningcore/corerotation

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...