sábado, 31 de enero de 2015

Premio Nobel de Química 2014

Los galardonados de este año son Eric Betzig (Instituto Médico Howard Hughes), Stefan W. Hell (Instituto Max Planck de Química Biofísica) y William E. Moerner (Universidad Stanford) por su contribución al desarrollo de la microscopía de fluorescencia de superresolución.

El premio Nobel de química de este año gira en torno a cómo el microscopio óptico se convirtió en un nanoscopio, premiando dos técnicas similares pero diferentes que han sido capaces de superar el límite de Abbe.

Descrito por primera vez en 1873, el límite de Abbe dice que un microscopio no puede distinguir objetos más pequeños que aproximadamente la mitad de la longitud de onda de la luz usada, que es unos 200 nanómetros para la luz visible. Sin embargo, los mejores microscopios que ahora utilizan los métodos que han ganado el premio Nobel tienen una resolución por debajo de 10 nm.

Hell desarrolló en el año 2000 la microscopía STED (Stimulated Emission Depletion o de reducción por emisión estimulada), que usa dos láseres concéntricos para obtener la imagen de una célula. El láser central excita moléculas fluorescentes de la muestra, mientras que el láser exterior elimina cualquier otra fluorescencia. El detector barre continuamente la muestra, registrando el brillo fluorescente y creando así una imagen con una resolución mayor de 200 nm.

STED microscopy image of Vimentin with 25nm resolution
Imagen que muestra el aumento de resolución entre la microscopía óptica y la STED. [Foto original de Fabian Göttfert, Christian Wurm [CC BY-SA 3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], via Wikimedia Commons]
Como dice Hell, la microscopía óptica es muy importante para las ciencias de la vida porque el uso de la luz es la única forma que nos permite ver las cosas vivas; sin embargo, la resolución de la microscopía óptica está intrínsecamente limitada. Gracias a estos nuevos métodos, se ha superado ese límite. Se pueden ver detalles a una resolución espacial mucho mayor, y esto permite desvelar el funcionamiento de las células a una escala de nanómetros, que es la escala molecular.

Aunque Betzig y Moerner nunca colaboraron directamente, su trabajo contribuyó decisivamente a poner las bases para la microscopía STED.

Después de que Moerner fuera capaz de detectar una sola molécula fluorescente en 1989, a Betzig se le ocurrió la idea de superponer imágenes de moléculas individuales para crear una imagen completa. El proceso que resumió en un artículo de 1995 describía cómo proyectaba luz de diferentes longitudes de onda sobre una célula para que brillaran distintas moléculas y luego anotaba dónde aparecían los puntos de luz. De este modo, cuando se combinaban todas las imágenes, los puntos formaban un contorno coherente.

No obstante, para obtener una imagen coherente, se necesitarían muchos colores diferentes de moléculas únicas, demasiados para que fuera práctico. Así que realmente no fue hasta 2005, cuando Betzig encontró una proteína específica identificada por Moerner, que la técnica se pudo utilizar. La proteína de Moerner brillaba brevemente y después —de ahí su importancia— se apagaba sola. Una célula con esta proteína se podía iluminar múltiples veces con un láser y cada vez brillaría un conjunto diferente de proteínas, lo que proporcionaría a Betzig la constelación de puntos brillantes que necesitaba para crear una imagen coherente.

Los microscopios electrónicos son capaces desde hace tiempo de obtener la imagen de objetos menores de 200 nm, pero esa técnica daña enormemente la muestra. Por otro lado, no puede observar cosas vivas y los electrones no pueden penetrar mucho dentro de las células. Con la fluorescencia, se puede observar, por ejemplo, la E. coli a superresolución sin tener que matarla, cortarla y someterla a radiación intensa y ultravacío.

¡Felicidades a los tres premiados!
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Fuente:
http://www.aps.org/publications/apsnews/201411/nobel.cfm

viernes, 16 de enero de 2015

Premio Nobel de Física 2014

El invento de los ledes azules eficientes es el motivo de que se haya otorgado el premio Nobel de física a Isamu Akasaki (Universidad de Meijo y Universidad de Nagoya), Hiroshi Amano (Universidad de Nagoya) y Shuji Nakamura (Universidad de California en Santa Bárbara). Su trabajo inició una revolución en la iluminación de bajo consumo. Gracias al led azul, podemos disponer ahora de fuentes de luz blanca que tienen un gran rendimiento y vidas muy largas. Es más, esta tecnología está ya reemplazando a otras más antiguas.

Los ledes rojos y verdes llevan con nosotros, más o menos en su forma actual, desde los años sesenta; pero los ledes azules eran mucho más difíciles de fabricar. Las dificultades aparecían a la hora de crear cristales de nitruro de galio (GaN) de alta calidad y combinarlos después con otros elementos para aumentar su rendimiento. Hicieron falta casi treinta años de trabajo en física de materiales, crecimiento de cristales y fabricación de aparatos para crear un led azul comercializable.

Akasaki empezó a experimentar para conseguir cristales de nitruro de galio puros en 1974, primero en el Instituto de Investigación Matsushita (Tokio) y después en la Universidad de Nagoya. Amano se le unió en los ochenta y le ayudó a desarrollar formas de dopar los cristales de nitruro de galio.

En 1992, mientras trabajaban en Nichia (en Tokushima, Japón), Nakamura y sus colaboradores ayudaron a explicar cómo la irradiación electrónica eliminaba parte de las ineficiencias que el equipo de Akasaki había estado encontrando.

Blue LED
Led azul iluminado. [Foto del usuario de Wikipedia MrX (2005)]
Ambos grupos de investigación pudieron crear posteriormente las aleaciones de nitruro de galio necesarias para producir las junturas entre las capas de semiconductor, lo que constituye los pilares de los ledes azules. Nakamura y su equipo vieron el primer brillo azul eficiente en 1994; y durante los dos años siguientes ambos equipos crearon los primeros láseres azules. En 1999 Nakamura dejó Nichia para entrar en la Universidad de California en Santa Bárbara.

Los miembros del Comité Nobel de Física hicieron hincapié en cómo los usos prácticos del aparato fueron factores decisivos para su elección del premio de este año. Ya hay muchos aparatos electrónicos comunes que hacen uso del trabajo de los investigadores. Los ledes azules se pueden encontrar en la mayoría de los aparatos con pantalla táctil. Los ledes blancos normalmente utilizan un led azul para excitar un material fosforescente que emite luz blanca, y se puede encontrar en los flashes de la mayoría de los teléfonos inteligentes modernos.

En principio, se subrayó el hecho de que el led azul se puede utilizar para obtener luz blanca, pero a lo largo de los años se ha visto cómo el invento del led azul se ha usado en los diodos de láser azul (utilizados en el almacenamiento óptico), cómo el futuro de las comunicaciones parece apoyarse en el uso de la luz más que en las ondas de radio (lifi en lugar de wifi), cómo se puede usar esta luz azul o ultravioleta para esterilizar el agua.

No obstante, el aumento de la eficiencia energética en el mundo es una de las aplicaciones más prometedoras. Aproximadamente un cuarto del consumo eléctrico en las economías más industrializadas se destina a la iluminación, por lo que obtener más luz con menos electricidad va a tener un gran impacto en nuestra civilización.

Desde Res Scientifica nuestra felicitación a los ganadores del premio Nobel de física de 2014.
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Fuente:
http://www.aps.org/publications/apsnews/201411/nobel.cfm
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