Generalmente, asociamos el ultrasonido a un aparato médico con el que ver el interior del cuerpo y sonar[1] suele ser algo útil principalmente para los submarinos y los murciélagos. Pero ahora los humanos podemos combinar los dos y usarlos al aire libre. Por otro lado, todos conocemos el efecto Doppler, evidente cuando oímos una sirena en un vehículo en movimiento. Pues ahora James Sabatier de la Universidad de Misisipi y su equipo están usando el mismo principio con ultrasonido a 40 kHz para detectar y analizar el movimiento humano.
Con una técnica de sonar similar al radar, ya identificaron en el pasado características clave del andar humano, como las velocidades aisladas de pierna, pie y torso. Asimismo, eran capaces de distinguir seres humanos de otros animales. Ahora están acercando el trabajo más cerca del mundo real.
Un nuevo análisis teórico de los niveles de detección incluye no sólo fallos del equipo, sino también atenuación, ruido ambiental debido al viento y señales dispersadas por el suelo y la vegetación. La conclusión es que pueden detectar a una persona andando a una distancia de 10–17 metros, dependiendo de la elevación del sensor.
Un experimento posterior confirmó el análisis y extrajo propiedades adicionales del paso de un adulto. En particular, un valor por encima de unos 3,6 m del producto de la velocidad máxima de pierna y el tiempo del ciclo de paso, casi exclusivamente indica hombres; aunque valores más pequeños no son específicos de ningún sexo. En general, este tipo de conocimiento podría ser muy útil para vigilar un camino o una carretera cerca de una frontera.
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Fuente:
http://www.physicstoday.org/resource/1/phtoad/v65/i6/p24_s1
1. ^ O sónar.
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