Una cuchilla de afeitar parece algo demasiado cotidiano, pero si se la mira con detalle, podemos descubrir que se trata de algo extraordinario. Desde sus componentes (sofisticados materiales compuestos y finas películas) a su diseño para reducir la fricción o su capacidad de dejar la piel suave, todo esto se lo debemos a físicos como Jeffrey S. Parker, que han hecho de esta área su campo de juego.
En la industria cosmética en la que trabaja, necesitaban físicos, en concreto de materiales, que pudieran comprender la física que hay detrás de la forma y el movimiento de una cuchilla, para poder mejorar y diseñar productos de alto nivel como los que incorporan muchas hojas. No obstante, el trabajo en una empresa de este tipo es multidisciplinar, ya que abarca diferentes campos que se solapan. Y esto parece hacerlo aún más interesante.
Un dato curioso: las cuchillas que se usan en el afeitado son de las superficies cortantes más sofisticadas y afiladas que podemos encontrar en nuestro planeta. En concreto, las cuchillas Fusion son más finas que un grano de arena y el radio del borde de la hoja es más pequeño que una neurona o la longitud de onda de la luz visible. Estamos hablando de ingeniería de ultraprecisión.
Para lograr una cuchilla lo más fina posible, Jeffrey Parker colaboró en el empleo de una cubierta de carbono adiamantado sobre el acero del borde de la cuchilla. Este material de extrema dureza (unas diez veces más duro que el acero que recubre) aumenta la fuerza de cada hoja y permite que las cuchillas sigan afiladas después de muchos usos. También se aplica a las cuchillas una capa de teflón para disminuir la fricción. Pero la capa del carbono adiamantado es la que permite que las hojas de las cuchillas sean más finas, reduciendo las fuerzas que entran en juego en el corte del pelo y disminuyendo así el número de cortes en la cara.
Basado en:
http://www.aps.org/publications/apsnews/201201/profiles.cfm
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