En el mundo de la energía solar, una de las metas es bajar el coste de las células fotoeléctricas y aumentar su funcionalidad. Y en el Laboratorio Nacional de Sandia lo saben bien, pues ya están tratando de comercializar unas células pequeñas, ligeras y flexibles, en cuya fabricación han hecho uso de procesos de manufacturación utilizados en las empresas de microelectrónica y semiconductores.
Las células fotoeléctricas actuales generalmente están hechas de silicio cristalino, debido a su alta eficiencia en la conversión de luz a energía. Por su parte, el silicio es también el material principal usado en los semiconductores y la electrónica de ordenadores, áreas que han experimentado un rápido descenso en el coste durante las últimas tres décadas. Por lo tanto, parece natural unir ambos.
Las células fotoeléctricas básicas de silicio cristalino están hechas de obleas de silicio de unos 10 o 15 cm2 y unos 200 μm de grosor. Cada oblea constituye una célula y éstas se juntan para formar paneles solares que se colocan entre placas de cristal para poder manejarlas. Con todo esto, los paneles suelen ser rígidos y pesados. Pues bien, el equipo de Sandia ha conseguido cortar las obleas de silicio en células más pequeñas: de entre 100 y 750 μm2 y de 10 a 20 μm de grosor. Le han dado el sobrenombre de "purpurina solar" por su parecido con la purpurina decorativa.
Estas células cortadas de la misma pieza de silicio pueden formar paneles que se montarían en materiales flexibles y ligeros, incluso en tejidos, como la ropa o las tiendas de campaña; y que podrían adaptarse a una amplia variedad de superficies.
Pero no acaba aquí la cosa. Para saber, cómo se crean estas células y qué mejoras se busca que incorporen, tendrás que leer el próximo artículo.
_____
Fuente:
http://www.aps.org/publications/apsnews/201206/solarcells.cfm
Muy interesante.
ResponderEliminar