Sin embargo, para los bebés y los pacientes mayores, el propio esparadrapo representa un peligro. Cuando se quita, puede rasgar la piel, provocando molestias y, a veces, dejando una cicatriz o algo peor. En los Estados Unidos, el acto de quitar uno de estos esparadrapos es responsable de 1,5 millones de lesiones anuales.
La capa externa del nuevo esparadrapo se despega fácilmente, dejando atrás la capa adhesiva. (Foto de Bryan Laulicht, tomada de MITnews.) |
La innovación consiste en cubrir la capa de refuerzo con un sustrato no adhesivo y después usar un láser para grabar regiones microscópicas en ese material intermedio, de modo que las capas adhesiva y de refuerzo puedan entrar en contacto. Esta técnica permite crear un esparadrapo que distribuye las fuerzas de cizalladura sobre un área grande, pero localiza la tensión cuando se aplican las fuerzas que entran en juego al despegar el esparadrapo.
El resultado es que la capa externa del esparadrapo se despega fácilmente al tirar de él, mientras que la capa adhesiva que queda pegada a la piel se puede quitar con facilidad frotando suavemente. Un buen invento, ¿no crees?
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Fuente:
http://scitation.aip.org/content/aip/magazine/physicstoday/article/66/1/10.1063/PT.3.1845
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