A pesar de sus peculiaridades, las enanas esferoidales son bastante similares al entorno galáctico en el que se hallan, de modo que es posible que se empezaran a formar al mismo tiempo. Aunque esta suposición deja en el aire algunos aspectos. Por ejemplo, alrededor del 60% de las enanas esferoidales de Andrómeda ocupan aproximadamente un halo esférico en torno a la galaxia; y el resto ocupa una delgada región con forma de torta que abarca el plano galáctico de Andrómeda. Una distribución de este tipo es difícil de producir si todas las enanas empezaron a formarse con la galaxia anfitriona cuando colapsó por primera vez.
Enana esferoidal Pegaso, galaxia satélite de Andrómeda. [Imagen original de la NASA (http://apod.nasa.gov/apod/ap990122.html) [Public domain], via Wikimedia Commons] |
Tras la comparación, no encontraron diferencias apreciables entre los dos tipos de enanas esferoidales, lo que sugiere que todas ellas se formaron al mismo tiempo y del mismo material. Con el marco cosmológico actual, no es fácil explicar una distribución tan claramente bimodal. Pero eso es lo bueno de la astronomía: siempre hay algo nuevo que explicar mejor.
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Fuente:
http://scitation.aip.org/content/aip/magazine/physicstoday/article/68/3/10.1063/PT.3.2710
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