Las galaxias enanas esferoidales son pequeñas y antiguas, y contienen una proporción de materia oscura mayor que galaxias más grandes o los cúmulos globulares, que también son pequeños y antiguos. Como son poco brillantes, las galaxias enanas esferoidales que se pueden estudiar son solo las que rodean la Vía Láctea y la cercana galaxia de Andrómeda.
A pesar de sus peculiaridades, las enanas esferoidales son bastante similares al entorno galáctico en el que se hallan, de modo que es posible que se empezaran a formar al mismo tiempo. Aunque esta suposición deja en el aire algunos aspectos. Por ejemplo, alrededor del 60% de las enanas esferoidales de Andrómeda ocupan aproximadamente un halo esférico en torno a la galaxia; y el resto ocupa una delgada región con forma de torta que abarca el plano galáctico de Andrómeda. Una distribución de este tipo es difícil de producir si todas las enanas empezaron a formarse con la galaxia anfitriona cuando colapsó por primera vez.
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Enana esferoidal Pegaso, galaxia satélite de
Andrómeda. [Imagen original de la NASA
(http://apod.nasa.gov/apod/ap990122.html)
[Public domain], via Wikimedia Commons] |
Una posible alternativa supone que las enanas del plano galáctico se formaron después de las otras, a partir del material que se esparció por el sistema cuando Andrómeda se fusionó con otra galaxia. Para arrojar algo de luz sobre el misterio, Michelle Collins (Universidad Yale) y sus colaboradores han utilizado el instrumento DEIMOS del telescopio Keck II para observar dos de las enanas esferoidales que se hallan en el plano galáctico de Andrómeda. Después de determinar la composición química y otras propiedades de las enanas, los investigadores las compararon con otras observaciones que existen de 12 enanas esferoidales del plano galáctico y 17 del halo esférico, todas en la galaxia de Andrómeda.
Tras la comparación, no encontraron diferencias apreciables entre los dos tipos de enanas esferoidales, lo que sugiere que todas ellas se formaron al mismo tiempo y del mismo material. Con el marco cosmológico actual, no es fácil explicar una distribución tan claramente bimodal. Pero eso es lo bueno de la astronomía: siempre hay algo nuevo que explicar mejor.
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Fuente:
http://scitation.aip.org/content/aip/magazine/physicstoday/article/68/3/10.1063/PT.3.2710