Estamos a punto de conocer a Hess, pero antes habría que decir que el camino que llevó al descubrimiento de los rayos cósmicos en 1912 estuvo marcado por muchas contribuciones, entre las que merece la pena destacar la de Domenico Pacini en 1910, que fue el primero en expresar dudas en cuanto a que las observaciones se debían a sustancias radiactivas del suelo y el aire. De hecho, sugirió que la ionización podría deberse a fuentes distintas a las sustancias radiactivas conocidas.
Victor Hess |
Hess modificó el electroscopio de Wulf para que aguantara las condiciones de las grandes alturas e hizo hasta diez vuelos en globo desde 1911 a 1913. Solía llevar tres electroscopios a bordo, uno con una ventana más fina para medir la radiación beta. El 7 de agosto de 1912 observó un aumento muy significativo de la ionización a gran altura, lo que le llevó a afirmar que sus resultados parecían explicarse con facilidad si suponemos que una radiación de muy alto poder de penetración entra en la atmósfera desde arriba y aún puede producir una parte de la ionización observada en los electroscopios cerrados en las zonas más bajas. Por este descubrimiento, Hess recibió el premio Nobel de Física en 1936.
Werner Kolhörster confirmó los resultados de Hess en 1914. Además, determinó que la longitud de absorción de la radiación era de unos 1300 m, un orden de magnitud mayor que el valor medido para la radiación gamma de las fuentes radiactivas. La intensidad de la radiación era bastante constante, sin variaciones dependientes del tiempo o de la noche y el día.
¿Cuál podría ser el origen de esta radiación? Lo puedes averiguar en el próximo artículo.
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Fuente:
http://www.physicstoday.org/resource/1/phtoad/v65/i2/p30_s1
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